Aquellas conductas del y la estudiante que alteran la disciplina o convivencia escolar imposibilitando o entorpeciendo los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
La mayoría de estas conductas se pueden clasificar en los siguientes grupos:
Conductas moralmente inadecuadas y hábitos no aceptados socialmente.
Dificultades personales de integración social y de relación con los otros y las otras.
Enfrentamiento a la autoridad del o la docente.
Alteración de las normas de funcionamiento de la clase.
Conductas de agresión verbal o física con otros compañeros o compañeras.
En cuanto a las normas
· Llegar tarde a clase.
· Pedir salir al baño continuamente.
· Faltar a clase.
· Fumar en las aulas, pasillos y alrededores.
· Pintar en las mesas o paredes.
· Tirar cosas en el salón.
· Rayar los cuadernos y los libros.
· Llevar indumentaria estrafalaria y peinados estrafalarios.
· Consumir golosinas u otro tipo de comida.
· Juego de cartas, celular.
· Desordenar mobiliario.
· Juguetear o “payasear” constantemente.
· Comer en clase.
· Ruidos, eructos, gritos en clase.
· Falta de orden a la salida o entrada a la clase.
En cuanto a la tarea
· No traer las tareas.
· Rehusar hacer la tarea en clase.
· Falta de interés, mucha pasividad o inactividad.
· No traer libros, cuadernos ni bolígrafos.
· Preguntar insistentemente con ánimo de retrasar.
· Hacer otra tarea.
En cuanto al profesor o a la profesora
· Hablar cuando habla el o la profesor(a). No respetarlo (a)
· No acatar las órdenes del o la profesor(a).
· Levantarse de su sitio sin permiso.
· Guardar las cosas antes de tiempo sin permiso.
· Amenazar a un profesor(a) (generalmente les da liderazgo y popularidad).
En cuanto a la relación con los compañeros y las compañeras
· Pelearse con un(a) compañero(a).
· Reírse (burlarse) de un(a) compañero(a) o del o la profesor(a).
· Quitar cosas a un(a) compañero(a).
· Insultar o ridiculizar a un(a) compañero(a) en clase.
· Dar "salitas o coquitos" a un(a) compañero(a) o similares.
· Hacer gestos jocosos, burlescos u ofensivos.
Este listado es únicamente una síntesis de posibles transgresiones, no cerrado en sí mismo sino abierto a posibles ampliaciones. No todos los profesores y las profesoras incluirían todas estas conductas dentro del apartado de conductas disruptivas, y habría que considerar esta variedad perceptiva cuando un grupo de docentes “se enfrenta” a este fenómeno (síndrome). También un profesor o una profesora extremadamente celoso(a) u obsesionado(a) por el orden y las normas de aula puede provocar la escalada de la disrupción al no ser capaz de flexibilizar sus posiciones ante cualquiera de estas conductas. Aquel profesor o aquella profesora que muestra falta de asertividad y dificultad en el abordaje de las transgresiones puede provocar un incremento de disrupciones como respuesta de los y las estudiantes.
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